3. EMPIEZA CON LO QUE YA TIENES

Un buen punto de partida para evaluar sus posibilidades como empresario es entender que todo el mundo sabe hacer algo. De hecho, ¡sabemos hacer muchas cosas!

Muchos piensan así: "Podría hacer esto y aquello si sólo tuviera los recursos - si tuviera el dinero, si tuviera la formación correcta, si viviera en un lugar diferente" etc. Si piensas de esa manera, puedes atascarte ya antes de empezar. Si crees que el problema está fuera de ti, a lo mejor esperas pasivamente que las cosas cambien sin hacer nada. Pensando así, puedes perder la oportunidad que tienes ahora mismo. No caigas en aquella trampa.

La verdad es que siempre puedes empezar con lo que ya tienes. No pierdas el tiempo esperando pasivamente – empieza el viaje ahora mismo para descubrir las posibilidades. No quiero decir que todos deban emprender y tener su propia empresa – no, definitivamente no. Hay estadísticas y estudios que demuestran, que entre el 10 y 20 por ciento de la población son empresarios potenciales. Todos no tienen lo que hace falta para ser empresario, pero millones de personas sí lo tienen, y tú puedes ser uno de ellos.

Estoy convencido de que si quieres ser empresario debes empezar con lo que ya tienes. Como dice el título de este libro, muchas veces lo único que tienes que hacer es responder a esta pregunta: ¿Qué tienes en tu mano?

Cómo empecé mi carrera

Quiero contar la historia de cómo me hice empresario. Durante la primavera de 1990 estaba acabando mis estudios de Ciencias Económicas y Empresariales en la universidad. Había una crisis económica en Europa, y era un tiempo difícil para muchos jóvenes.

Un día cuando viajaba en tren para encontrarme con algunos amigos, me puse a pensar: ¿Qué puedo hacer para que alguien esté dispuesto a pagarme?

Escribí una lista de las cosas que en mi opinión sabía hacer – y tengo que admitir que, ¡la lista no era muy larga! Pero en la lista había precisamente lo que había hecho durante mis estudios. Para mis estudios tenía que hacer dos proyectos de investigación, y con un amigo nos ofrecimos a hacer un trabajo de investigación para una empresa local – además recibimos una pequeña cantidad de dinero por el trabajo. Más adelante hice otro proyecto de investigación para la misma empresa, y me volvieron a pagar. Así que, en ambas ocasiones, la empresa me pagó una compensación por mi trabajo de investigación.

En aquel entonces, yo trabajaba en la misma empresa a tiempo parcial, y había visto cómo recogían feedback de sus clientes. Cuando estaba trabajando tuve una idea de cómo se podría recoger feedback más eficazmente.

En el tren combiné estas dos cosas (hacer investigación y la nueva idea sobre cómo mejorar la investigación de mercados). Esto sería el fundamento básico para mi idea de negocio y emprendimiento, y más tarde el mismo año empecé mi empresa.

Pensando en mi Proceso de Desarrollo del Negocio, hay muchas cosas que haría de manera diferente. Al principio no entendía que se trataba de un proceso, y me lancé casi directamente a emprender. En aquel momento podría haber solicitado una beca del gobierno para emprendedores, pero empecé la empresa directamente y recibí esta información demasiado tarde. Pero una cosa hice bien – aún ahora empezaría con la misma pregunta: "¿Qué tengo en mi mano ahora mismo?"

Quiero animarte a comenzar de la misma manera que yo: haz una lista de las cosas que piensas que sabes hacer y que te gusta hacer. Luego pregúntate si alguien te pagaría por hacer una (o varias) de esas cosas. Si ves que hay potencial de vender lo que puedes hacer, inicia el Proceso de Desarrollo del Negocio.

¡Descubre tu potencial de negocio y las posibilidades de hacerte empresario!

¡Puedes empezar con lo que ya tienes! No gastes tiempo en esperar pasivamente – empieza el viaje aquí y ahora y descubre tus posibilidades!